El Futuro de la Criminología en México: Desafíos y Consecuencias de una Visión Limitada

En los últimos años, el interés por la criminología ha crecido rápidamente en México. Sin embargo, este desarrollo ha venido acompañado de desafíos, como una visión limitada que encasilla a la criminología dentro del marco legal, ignorando su verdadero potencial. Esto ha afectado tanto a la sociedad como a los profesionales que buscan oportunidades en un campo laboral poco comprendido y mal orientado. Además, persiste la confusión entre criminología y criminalística, lo que genera aún más incertidumbre en el ámbito profesional y social.
Eduardo J. Gamboa Garduño.
Egresado de la Licenciatura en Criminología en proceso de titulación por posgrado en Procuración y Administración de Justicia.
Resumen: El crecimiento acelerado de interés en un lapso de tiempo corto por desarrollarse profesionalmente en el campo criminológico en México, trajo consigo diversas consecuencias, por mencionar algunas como: la herencia de un objetivo criminológico limitado que busca encasillar a la criminología en conceptos jurídico-normativos y precisamente esta causa tiene un efecto en la sociedad y en los mismos profesionistas que quieren desarrollarse en un campo laboral que es poco favorable y desvirtuado del objetivo de la ciencia criminológica en su gran extensión más allá de lo jurídico. Adicionalmente, otro de los problemas más frecuentes es la confusión de la criminología y la criminalística, si son o no similares desde la perspectiva de la sociedad y los mismos profesionistas criminólogos o criminalistas.
Palabras clave: criminología y criminalística, objetivo limitado, crimen y delito, profesionistas criminólogos, campo laboral criminológico, México.
Introducción
La Criminología en México sufrió un evento importante derivado de un fenómeno que comprende diversos factores, y dicho acontecimiento es la repentina tendencia social que originó una alta demanda de futuros profesionistas interesados en desenvolverse en el campo criminológico. Dicha etapa de auge fue en un lapso muy corto de tiempo, (Cisneros, J. L. 2016); precisamente este crecimiento inesperado trae consigo consecuencias alterantes en el desarrollo de los profesionistas criminólogos, ya que no se ha logrado ver la transformación e impacto social de dicha ciencia.
(Mampaso Desbrow, et. al., 2016) La alta demanda de desarrollo profesional criminológico en la etapa de auge en México, generó establecer nuevos institutos y nuevos docentes (Hikal Carreon, 2020) teniendo en cuenta que los educativos en temas de criminología, eran personas especializadas en otras disciplinas ajenas a la misma y que en efecto, fueron heredando sus conocimientos desde sus limitaciones teóricas a otros nuevos profesionistas y así sucesivamente; una de las debilidades en esta herencia de conocimiento, es continuamente encasillar el objetivo de citada ciencia, en el estudio de los delincuentes, la delincuencia y el delito, además de asimilarla con la criminalística o hasta con el mismo Derecho (Giménez-Salinas, E., 2009). La criminología se debe apoyar de conocimientos que aportan las ciencias de convergencia en lo criminal, continuar nutriéndose de la antropología, sociología, derecho, etcétera, “siempre con la premisa clara de que sirvan para establecer unos cimientos sólidos sobre la materia” (Navasquillo Lorda, 2016, p. 4) Conforme lo antes expuesto, las limitaciones en la herencia de conocimiento, causaron y siguen causando incertidumbre en la población general respecto a qué es la criminología y cuál es su objetivo, propiciando con ello el desinterés de las organizaciones laborales o el mismo gobierno, para considerar a profesionistas criminólogos en diversas tareas o áreas de investigación,predominando el desarrollo de cientos de empresas de seguridad, que es donde terminan muchos de los egresados (Cisneros, J. L. 2016).
Por otra parte, en aprovechamiento del auge de la Criminología, las instituciones educativas generan confusión en los interesados y público en general colocando en sus promociones de inscripción a la carrera, imágenes relacionadas a la criminalística, detectives o agentes de investigación como en las series americanas que tocan temas de criminalística (Escobar Marulanda,G, 2006, pp 1-8), o simplemente promueven la fusión de ambas ciencias para que el profesionista tenga el conocimiento de todas sus teorías.
Este artículo tiene por objeto causar impacto de concientización a los nuevos interesados, actuales profesionistas y futuros, a fin de invitarlos a no aceptar las herencias de objetivo limitado. Si bien, la criminología desde su marco interdisciplinario, comprende el estudio de la delincuencia, el delincuente y el delito, ésta, no sólo se limita a este objetivo, sino que abarca aún más (OrellanaWiarco, O. A. 1993, pp. 33-35).
En adición a lo anterior, invitar a promover a la criminología como ciencia sintética, causalexplicativa que, desde su marco interdisciplinario, se ocupa del estudio de los fenómenosantisociales (Rodríguez Manzanera, L. 1981, p. 3), además de los sociales como hechos que hacenal individuo susceptible de coacción exterior (Durkheim, 1999, p. 14), distinguiendo circunstancias de la esfera humana y social relacionadas con el surgimiento, la comisión y la extinción (HansGöppinger. 1975) de dichos fenómenos, abarcando de igual forma el conocimiento de sus causas(Hikal Carreón, W. S. 2005) y factores, (Hurwitz, Stephan. 1956) con la finalidad de generar prevención y en consecuencia erradicación. Asimismo, invitarlos a la generación de proyectos estratégicos de emprendimiento, con aplicación criminológica en diversos ámbitos y no sólo penales o legales en aras de causar un efecto que propicie mayor atención e interés de contratación de criminólogos para cargos más enfocados a un objetivo más allá del jurídico-normativo.
Métodos
Los hallazgos que aquí se presentan provienen de una investigación empírica que comprende la trayectoria de la Criminología en México, basado tanto en información de análisis de épocas, investigaciones y estudios especializados en temas criminológicos en nuestro país, así como los conceptos del crimen, el delito y la conducta antisocial en base a diversos autores; los provenientes de estás fuentes son investigadores sociales, psicólogos, psiquiatras, criminólogos y demás profesionistas. Este análisis de igual forma se complementa con un estudio cuantitativo de diseño no experimental de tipo descriptivo – correlacional, mediante encuesta a 887 personas que en su mayoría son estudiantes o egresados de criminología, criminalística, ciencias penales entre otros,con la finalidad de graficar el objetivo limitado. Lo anterior, con el objeto de generar un análisis a las problemáticas de dicha ciencia aplicada en nuestro país, las herencias de objetivo limitado, los problemas de empleo, los conceptos errados, los ponentes no criminólogos, y el interés capital de las escuelas que desvirtúan el interés por la ciencia, entre otros problemas.
La Criminología en México, su construcción y su auge
Es importante capitular el auge de la Criminología en nuestro país, ya que su llegada fue a finales del siglo XIX gracias a los precursores de la Criminología como LOMBROSO, FERRI Y GAROFALO. Posteriormente, en 1934, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) aprueba una carrera llamada “Perito en Criminología” en la cual podían participar estudiantes interesados que por lo menos cursaron 3 años en Medicina o Derecho (Sergio García Ramírez,2013). Ya en el año 1939, el médico Alfonso Quiroz Cuarón, logró ser el primero y único en finalizar el curso de Criminología en la mencionada Universidad (Sergio García Ramírez, 2013).
Para esas épocas, se daba todo un movimiento en el año de 1931 a 1940, por los fundadores de la Academia Mexicana de Ciencias Penales y la revista Criminalia: Luis Garrido, José Ángel Ceniceros, Francisco González de la Vega, Alfonso Teja Zabre, Emilio Pardo Aspe, Carlos Franco Sodi, José Ortiz Tirado, Javier Piña y Palacios, Francisco Argüelles, Raúl Carrancá y Trujillo, José Gómez Robleda y José Torres Torija. Academia que tiene por objeto: “sin otro confín que el de las ciencias penales en toda su complejidad y extensión, tanto en la rama jurídica como en la biológica, sociológica, penológica, criminalística y de los menores infractores”, conforme dejó apuntado el maestro Carrancá y Trujillo (Educaedu. 2011, 3 junio); posteriormente, en los años 1976 a 1981 el Penalista Celestino Porte Petit, daba vida al Instituto Nacional de Ciencias Penales, que tiempo después fue dirigido y retomado por los penalistas y catedráticos universitarios como Gustavo Malo Camacho (1981-1985), Gustavo Barreto (1985-1988) e Ignacio Carrillo Prieto (1988-1993), y precisamente este último, decide convertir el Instituto en un Centro de capacitación policial que puso fin a la vida académica y toda investigación (Educaedu. 2011, 3 junio). El Dr. Alfonso Quiroz Cuarón, marcó inicios importantes para la Criminología en este país, toda vez que, en 1974, por su propia iniciativa fundó en la Ciudad de México, la Sociedad Mexicana de Criminología (SOMECRIM), cuya finalidad de su nacimiento es realizar investigaciones en el campo de la Criminología, difundir dichas investigaciones, proponer reformas de Leyes Penales e influir en las Políticas Criminológicas, entre otras cosas (Sergio García Ramírez, 2013).
Dentro de estos lapsos de tiempo ocurría algo importante en el municipio de San Nicolas de los Garzas, Monterrey Nuevo León, ya que, en el año de 1974, en la Universidad Autónoma de Nuevo León, el Dr. Quiroz Cuarón en colaboración con Héctor F. González Salinas, se dedicaron a enlistar y programar una nueva carrera relacionada con el estudio de la Criminología, considerando ya en su iniciativa encontrar profesores y alumnos adecuados para formalizar dicha licenciatura, y fue hasta el 23 de abril de ese mismo año, que se formaba ya la primera clase en el colegio de criminología. (Leija M.A. 1999, pp. 31-32).
Posterior al suceso antes dicho, en 1994, nace una segunda licenciatura en territorio mexicano en la Unidad Académica Multidisciplinaria Reynosa Aztlán de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, que ya contaba con su Programa de Licenciado en Criminología formalizándose en enero de 1995, misma que en 2009, obtuvo el nivel 1 por los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior (CIEES) debido a la calidad de su programa educativo (Omar A. de León, 2014, p. 29).
Regresando a la Ciudad de México, el 11 de abril de 1996, surge un decreto importante durante el sexenio de Ernesto Zedillo, que evidenciaba la necesidad de un México con servidores y funcionarios públicos en procuración e impartición de justicia que tuvieran una preparación profunda de las ciencias penales, además de generar temas de investigación de calidad en el rubro de dichas ciencias (Diario Oficial de la Federación, 1996). Ante tales consideraciones, surge un órgano descentralizado cuya encomienda primordial era la profesionalización, actualización y superación de los servidores públicos, de las instituciones encargadas de la procuración de justicia, el cual tiene por nombre Instituto Nacional de Ciencias Penales. Así, con la creación del Instituto Nacional se apertura un mundo de posibilidades de investigación, que traería años más tarde la consolidación de los expertos al presente, en materia no sólo de ciencias penales, sino de política criminal, de criminología, de criminalística, entre otras áreas (Guadalupe Rangel, X. 2016).
En ese orden de eventos, comienza a circular en México, en el año 2002 a 2004, las series televisivas estadounidenses como NCIS, Law&Order, CIS, Miami, Las Vegas, NY., Criminal Minds y Prison Break entre otras, mismas que dan comienzo al interés en los televidentes mexicanos sobre qué profesión existe en este país capaz de formar agentes de investigación criminal como en las series americanas (Cisneros, J. L. 2016); en otro concepto, aunado al crecimiento exagerado de interés por los investigadores del “crimen”, México pasaba por cambios de partidos políticos, altos índices de corrupción, críticas sobre un estado fallido, y una dura realidad de un Estado controlado por las organizaciones criminales o también llamados carteles de la droga; sin embargo, aún en un gobierno con corrosiones debido a la corrupción, el gobierno de Felipe Calderón en 2006, decide crear campañas muy cuestionadas y criticadas con la finalidad de alertar un alto incremento de violencia, consumo de droga, control de los carteles de la droga y generar una llamada “guerra contra el Narcotráfico” (Morales Oyarvide, C. 2011). Precisamente en las épocas citadas, se da el incremento de la llamada “narcocultura” que se fue expandiendo no sólo en México, sino en el mundo a través de la música, películas, series televisivas, redes sociales, documentales y demás información (Becerra Romero, A. T., 2018). Toda este proceso político, social y cultural por el que pasaba México y continúa pasando, genera el interés de sociólogos, psicólogos, documentalistas, penalistas, juristas, criminólogos, entre muchos otros interesados en cuestionar el problema o simplemente conocer más debido al morbo u otras razones; cabe mencionar que muy poco se habla de criminólogos en México, generando impacto social con temas de investigación de este u otros temas (Hikal Carreón, W. S. 2020).
En conjunto a lo mencionado, se adiciona la llegada de los sistemas SVOD por sus siglas en inglés (Subscription Video on Demand), siendo que la principal plataforma de moda en este rubro, fue Netflix, en la que podías visualizar su contenido mediante cualquier aparato digital conectado a una red de internet. La plataforma Netflix llega a México en 2011, atrayendo a una gran cantidad de consumidores de contenido, no obstante, esta plataforma en el año 2015, invierte en culturización para generar mayor interés y contratación de servicio según el país; precisamente en México crea series originales relacionadas al Narcotráfico además de reportajes, documentales en dicho tema ya que es lo que más consume el televidente mexicano (Cornelio-Marí, 2020). De igual forma, si continuas con el interés en esos temas su algoritmo te llevará a temas de crímenes realesque involucran sicarios, narcotraficantes, corrupción mexicana, asesinos seriales, investigaciones policiacas, y otros relacionados.
Consecuente a la segunda licenciatura de 1995, se da inicio a una proliferación de instituciones privadas con planes de estudio en Licenciatura en Criminología (De León Palomo, O. A., 2014, p.29). El auge de la Criminología data desde 2007, según datos de la SEP, a partir del registro dado a instituciones privadas por el Reconocimiento de Validez Oficial de Estudios. El crecimiento en su registro se dio de manera pausada y continua de 1974 y hasta el 2004, donde se muestra un alto que se reinicia en el 2006, cuando crece de manera acelerada hasta el 2013 (Cisneros, J. L. 2016).
Según un análisis del Observatorio Laboral de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social y parte del Sistema Nacional de Empleo en México, en su página web, sección “prepárate para el empleo” se describe que en los últimos cinco años aumentó de manera significativa el número de profesionistas dedicados a la Criminología, sustentando que desde 2012 a 2017, los criminólogos ocupados pasaron de 10 mil 492 a 29 mil 853, es decir un incremento de casi el 300 por ciento, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupaciones y Empleo (ENOE); justificando dicho Observatorio que el auge de esta profesión va ligado con “la popularidad de películas y series televisivas policiacas, que han motivado a los jóvenes a estudiar las conductas de los criminales, la investigación de hechos y la identificación de responsables.” (Criminología, carrera popular entre los jóvenes. (s. f.). observatoriolaboral.gob.mx.).
Durante el crecimiento de interés por el estudio del crimen en los años 2012 a 2017, ya existían algunos expertos penalistas, juristas, servidores y ex servidores públicos impartidores de justicia y otros profesionistas que venían precisamente de toda esta construcción educativa de las ciencias penales en México, que ya se expuso con anterioridad, sin embargo, pocos eran Criminólogos o Criminalistas especializados sólo en esta ciencia aunado a la baja existencia de doctorados y pocas maestrías en las ya mencionadas ciencias (Hikal Carreón, W. S. 2019). El estudiante se enfrentaba a dos campos diferentes como la Criminología y la Criminalística, el crimen y el delito, las conductas antisociales y la delincuencia, siendo que lo más predominante era precisamente el estudio de la delincuencia y el delito que promulgaban los docentes en los colegios de criminología (Hikal Carreón, W. S. 2019), generando así, incertidumbre en el profesionista y la sociedad que veía su crecimiento en Latinoamérica (Silva García, G.; Vizcaíno Solano, A.; y Ruíz-Rico Ruíz,G.,2018).